Sobre el proyecto

En Culiacán hablar de adicción a las drogas es un tema vetado, sobre todo para las mujeres. Aunque no existe una cifra oficial del número de mujeres adictas, los centros de rehabilitación 'privados' abundan en la ciudad, no hay instituciones públicas que atiendan el problema. 
Mi interés por hacer este proyecto es abordar este problema, la violencia que genera en el interior de las personas y su entorno familiar, también mostrar la falta de formalidad que existe en estas instituciones privadas donde están internadas estas mujeres, todo desde el punto de vista documental.

Bitácora:

Inicié mi proyecto en el año 2017, gracias a la invitación de mi padre, quien es ex adicto, a asistir a un centro de rehabilitación llamado 'Casa Manantial' donde él asistía como voluntario para realizar algunas labores con la mujeres adictas. A veces les llevábamos comida o artículos de limpieza personal que nos pedían porque su familia no iba a visitarlas, al principio no documentaba nada, solamente era la curiosidad de conocer las historias de estas mujeres, con el tiempo, empecé a entrevistarme con ellas, la mayoría tenían miedo de mostrar su identidad, algunas nunca me dieron su nombre. Luego tomé algunas fotografías con una cámara análoga, quería separarme a través de este aparato, de mi rutina diaria como fotoperiodista y la ansiedad constante de hacer muchas fotos. De repente, tenía una gran cantidad de información, la transcribía y separaba las frases que me parecían más llamativas, con esto, surgieron textos con distintos testimonios como estos :

De la primera vez que me abrazaste no me acuerdo 


La semana pasada 

fue mi segunda 

sentí calor 

rodeando

Me dejaste en el brazo 

las marcas 

de cuando me dijiste 

que ya no podía vivir 

en tu casa 


Quiero saber 

qué quieres de mi 

voy con gentes 

que me leen las cartas 

y pido cosas 

para que me hagan 

suerte 

Curioso 

todo está en mi 

(inaudible) 

por eso estoy 

yo aquí 

Pienso que 
ya no siento 


Por eso la necesito 

para no dormir 

para agarrar valor 

para ir y tomar 

eso que no es mío 

pero tampoco es de nadie 


Y yo sé 

que no la voy a dejar 

pierdes tu tiempo 

conmigo 


Me dejaste aquí 

y me aventaste un cuchillo 

pero no tenía filo

(Carmen)

Sin título

Yo no estaba malita, era una adicción para mi

una vez me dormí dos días seguidos 
sin despertarme


Conocí un muchacho allá que trabaja mal, 
trafica droga

tan si quiera de contarlo 
se me hace agua la boca
Si vuelvo a él, vuelvo a lo malo

Mi familia no quiere que nadie 
sepa que estoy aquí

yo era muy rebelde, 
muy contestona, 
me gustaba mucho humillar a la gente

No era suficiente para yo estar aquí, 
lo que yo hice no fue nada grave

yo a veces me pongo a pensar 
que yo no debería estar aquí


(Reyna Sofía)

También utilizaba esos textos para acompañar fragmentos de videos que realizaba con mi hermana menor. La constante experimentación a lo largo de este proyecto me ha ayudado a darme cuenta de algo que tal vez no fue tan obvio para mi en el principio: lo más importante, era darle voz a estas mujeres, escuchar lo que tenían que decir, no solamente de su adicción, si no de lo que las llevó a tomar ciertas decisiones y cómo esas decisiones transformaron sus vidas, de cómo no han sido escuchadas y han sido constantemente juzgadas por su entorno.

El pasar tiempo en este lugar, también me hizo reflexionar si los métodos utilizados para ayudarlas a superar las adicciones eran realmente efectivos, muchas de ellas coincidían en que al salir volverían a consumir, no tenían la voluntad de cambiar, tampoco se sentían preparadas para enfrentarse al mundo exterior. De pronto una pregunta llegó a mi: ¿De qué sirve una ventana que no se abre?, es decir, de que sirve todo este proceso y encierro al que son sometidas estas mujeres, ¿esto es un castigo o una cura?

Bitácora visual de los inicios del proyecto: